Que internet está saturado de información no hace falta que yo lo diga.
Y los temas de salud (sobretodo), sostenibilidad y consciencia no son una excepción.
Antiguamente las «personas de a pie» no teníamos acceso a la información.
Y ahora que tenemos acceso (ya sea desde el ordenador de tu casa, en una biblioteca pública o en un cibercafé) hay tanta información que no te aclaras y terminas por seguir con los mismos hábitos que tenías, pero con la culpabilidad de que deberías estar haciéndolo de otra forma que seguro que es mejor que la tuya.
Total, que te quedas peor que antes. ¿Y en qué te ayuda esto? Más bien en poco.
Aquí te muestro los 5 principales errores que yo he ido detectando en las personas que buscan o se interesan por la vida saludable, sostenible y consciente. Algunas también las he vivido yo misma:
1. Basarte en los números
La sociedad moderna se deja influenciar fácilmente por los números y la cantidad.
Las personas generalmente prefieren lo más barato, se dejan impresionar por quien tiene más dinero o poder, o simplemente se fían de una página porque tiene miles de seguidores en redes sociales.
No quiero decir que lo más barato, la persona con más dinero o la página con más seguidores no sean fiables. No.
A lo que voy es que una página u organización con mucha popularidad o poder, puede ser fiable o puede no serlo.
El número de seguidores o personas que se fían de esa fuente no es un criterio válido que asegure la fiabilidad de esa fuente.
Veo webs o personas y colectivos muy populares que generan mucha confusión.
En cambio, he encontrado otras personas y organizaciones muy desconocidas, que son un pozo de sabiduría, información y buen hacer.
Y todo lo contrario también sucede.
Por eso no considero que el número o la cantidad sea un criterio certero para discernir con qué fuente de información nos quedamos.
2. No fiarte de tu intuición
Ya dije antes que en internet hay muchísima información sobre salud, sostenibilidad y consciencia.
Y no sólo es mucha, sino que la mayoría de las veces es contradictoria.
¿De quién me fío? ¿Cómo puedo saber lo que es verdadero y lo que no?
Esto fue lo que le pregunté hace años a un señor mayor, sano, feliz y sabio, con el que tuve el placer de compartir mesa en unas jornadas gastronómicas vegetarianas en Valencia (el marido de la gran Mercè Passola, para más señas 🙂 ).
Y su respuesta fue: fíate de lo que sientes, de tu intuición.
Ésta es la clave.
De todo lo que lees y escuchas, quédate con aquello que resuene contigo.
Es la única manera de llegar a tu verdad.
3. Creértelo simplemente porque está publicado o compartido en las redes
Como dice el dicho, «el papel lo aguanta todo».
Esto es como el telediario, que si dice una noticia, automáticamente se asume que es verdad: «lo dijo la tele», ese gran argumento 😉
Ahora pasa lo mismo con internet.
Si una noticia se publica en una página web, o aparece en tu muro de facebook porque lo compartió un amigo tuyo, asumes que es verdad. Y no necesariamente lo es.
El hecho de que algo esté publicado en internet no le da más veracidad, aunque lo comparta un gran amigo tuyo del que te fíes completamente.
4. Perderte en el cómo y olvidarte del para qué
La mayoría de las personas están enredadas en el cómo.
De hecho, estadísticamente, los artículos en internet que se titulan tipo «cómo hacer esto o aquello» son los más visitados.
Queremos la solución inmediata, el remedio rápido.
Sí, más saludable y sostenible, pero facilito y que no me haga pensar mucho 🙂
No me malinterpretes, saber la práctica de cómo hacer las cosas es fundamental para llevarlas a cabo. Sólo con la teoría no hacemos nada. Y por eso yo cuento bastantes «cómos» en mi lista de correo.
Pero a lo que voy es que muchas veces te enredas en los «cómos» y te limitas a cambiar unos cómos por otros. Pero nada cambia realmente en lo profundo, que es donde verdaderamente suceden los cambios, en la consciencia con la que haces ese «cómo».
5. Seguir una filosofía sin hacer la tuya propia
Sigo el trabajo de muchas personas u organizaciones de las que me fío.
Resuenan conmigo y su mensaje es válido para mí en este momento.
Algunos llevan conmigo mucho tiempo, otros fueron valiosos para mí en una etapa y ya no necesito más escuchar sus mensajes.
Puedo acoger con ilusión la información que me proporcionan, pero antes de llevarlo a mi vida necesito hacer mío ese mensaje, darle mi sabor, mi estilo, mi esencia.
Combinarlo con mi sentir, mis valores, mi estilo de vida actual, mis necesidades y responsabilidades en este momento, etc.
De hecho, que yo comparta «mi verdad» en este blog o en las redes no quiere decir que sea la verdad absoluta.
Soy consciente de que al compartirlo puede inspirarte, despertar en ti esa información que ya sabías pero estaba dormida, o que da pie a que inicies nuevos caminos que en el fondo siempre quisiste emprender.
Pero en definitiva, tú eres el único responsable de que este estilo de vida más saludable, sostenible y consciente sea una verdad para ti.
Quédate con lo que te resuena, pásalo por tu corazón y hazlo vida con tu propio estilo.
Estos son los errores más comunes que yo he encontrado (¡y vivido!).
¿Crees que hay otros que podía haber incluido? Te leo en los comentarios 🙂
Marcos dice
Hola Noemí, espero que estés bien. Y que muchos lean tus artículos para saber “como” y sin olvidar el” para qué”.
Gracias por el esfuerzo de hacernos llegar como ser más conscientes y saludables, del resto, como bien dices, luego que cada cual tome lo que le haga “sentir como propio”.
Me quedo con todo, cuando controlas tu vida, no importa la información sino lo que buscas, siendo internet tan bueno como lo contrario. Al final, es cuestión de usar el sentido común y que la información a la que accedemos, sea congruente con lo que deseamos, una vez que la analizas.
Gracias por compartir, y a por más!
Saludos.
Marcos.
Noemí Rodríguez dice
Gracias por tu comentario Marcos.
Efectivamente, este artículo no es más que una parada entre los “cómos” del blog para que no perdamos el norte.
La idea es vivir conscientes, y para ello es importante cambiar formas, pero desde una profundidad y un para qué. Y esto es siempre único para cada cual.
Un abrazo