Hace un tiempo, una persona me envió un email con una propuesta para el blog que no quise aceptar. Su idea era que yo escribiera una crítica sobre una persona que, desde su punto de vista, estaba escribiendo falsedades en su blog. Le expliqué los motivos de mi renuncia, y su respuesta fue que yo debía ser una de esas «happy flowers de la Nueva Era» que no quería comprometerme y quedar bien con todo el mundo.
Interesante, ¿Eh?
Respiré y me di un tiempo para poder responder desde mi verdad, en vez de reaccionar desde lo emocional o el automático inconsciente.
Esta persona, al fin y al cabo, me estaba ayudando a reflexionar sobre esta imagen de «happy flower de la nueva era», como él lo llamó. La imagen de una persona que «posturea» sobre la vida sostenible, la alimentación saludable, la relación con la naturaleza, la espiritualidad y la vida consciente.
Y es verdad que esta imagen puede darse, porque todo esto que comparto en el blog y en las redes, puede hacerse efectivamente desde la forma, como lo llama Eckart Tolle. Desde el simple postureo inconsciente, que no trans-forma y tampoco tiene fondo.
Lo que hay debajo de la superficie
Desde luego que los contenidos que comparto no son un ejemplo de consciencia iluminada y absoluta. Al igual que tú, soy una persona con un estado de consciencia concreto, con mi camino de evolución en proceso. Y además, no siempre estoy igual de lúcida o acertada, y por supuesto cometo errores (¡cómo no!).
Pero la intención que hay tras todo este tinglado, y que intento transmitir con mayor o menor fortuna, es precisamente la de dar sentido y profundidad a aquello que hacemos. Porque lo importante es la consciencia con la que haces lo que haces.
Esta coherencia o equilibrio entre lo que dice tu corazón, las decisiones que tomas y sus implicaciones a nivel personal, social y medioambiental, es lo que yo he experimentado que da plenitud, sentido y libertad.
Así que la intención no es seguir un buenismo de postureo, ni una moda, ni poner parches. Es una propuesta a observar y descubrir lo que hay más allá de lo establecido, y alinear tu estilo de vida con lo que dice tu corazón, con los valores que realmente son importantes para ti.
Por qué hablar de consciencia no es lo mismo que ser happy flower
Las recetas de zumos o de desodorante natural no son un fin en sí mismo ni una moda.
Es la manera de bajar a la tierra, de llevar a la práctica cotidiana aquellos valores profundos que llevamos en el corazón. Precisamente para no quedarnos en la superficie happy flower (de lo que se entiende por esta expresión, porque oye, no veo nada malo en ser una «flor feliz» 🙂 ), pero ya me entiendes.
Sentir conexión con la naturaleza y querer que tu vida cotidiana sea respetuosa con ella y los seres que habitamos el planeta, no te hace menos comprometido.
¡Al contrario! Cuando se cae el velo y tomas la pastilla roja ya no hay vuelta atrás. El precio que hay que pagar por querer llevar una vida con más sentido y verdad, fuera de Matrix (o mejor dicho, manejarte en Matrix sin identificarte con él), es la responsabilidad que eso conlleva.
Todo aquello contra lo que luchas, se fortalece
Cuando se te cae el primer velo del sistema, suele pasar que te conviertes en un luchador contra lo que ahora has descubierto que era mentira. A mí me pasó, y he comprobado que le sucede a la mayoría de las personas.
Tu energía se va en luchar contra las empresas con prácticas dañinas para las personas y/o el planeta, contra grupos de poder político o económico, contra cualquier injusticia que te interpele o incluso enfermedades.
Pero con el tiempo, algunos nos damos cuenta de que luchar contra algo no sirve de nada. Sólo desgasta tu energía, e incluso se la das a aquello contra lo que luchas, lo fortaleces.
Ojo,
es necesario denunciar las malas prácticas, y poner los límites necesarios, pero lo trascendente, desde mi punto de vista, es la transformación del corazón, vivir en consonancia con esa verdad que sentimos dentro, y construir lo que sí queremos para nosotros y para el mundo.
Por eso verás que si denuncio una mala práctica o alguna estrategia del sistema, procuro acompañarlo de propuestas alternativas y del significado profundo de este movimiento.
La fina línea entre lo que parece y lo que es
Como digo, ya no estoy por la labor de «luchar en contra de» o de estar continuamente criticando lo que me parece mal de lo que veo fuera sin proponer una alternativa.
Aunque me considero bastante crítica, y me gusta mostrar las incoherencias del sistema, sé que la lucha contra la inconsciencia puede llevar a la inconsciencia misma.
Por eso prefiero tener el foco y la energía más en conocerme mejor a mí misma y en descubrir, experimentar y divulgar maneras prácticas de llevar un estilo de vida consciente en la vida cotidiana, aunque sin perder la observación crítica.
Esto de dejar de tener el foco en la lucha contra lo que no quieres es lo que posiblemente le pueda dar la impresión a algunos (como la persona que me escribió el email) de que si tratas de vivir en la consciencia eres una «happy flower de la nueva era».
Todo está en la consciencia y sentido con el que haces lo que haces.
En cualquier caso, vivan las flores felices y conscientes 🙂