Quizá te estás planteando incorporar nuevos hábitos de vida más conscientes, como reducir el plástico que generas en casa, limpiar con productos más sanos y sostenibles, o llevar una alimentación más saludable.
Cuando queremos llevar un estilo de vida más consciente, como cualquier cambio al principio cuesta un poco más de energía por tu parte.
Pero con la práctica lo vas interiorizando y llega un momento en que simplemente se convierte en tu forma de hacer las cosas.
Has creado tu nueva inercia.
Te comparto 3 claves que te pueden ayudar a hacer nuevos cambios:
1. No trates de buscar «la perfección».
Tal cosa no existe. Esto no es una competición a ver quién consume más ecológico ni tampoco hay una meta de purismo a la que llegar. ¿?
Tampoco va de cumplir unas normas, imponernos unos hábitos por obligación o «sufrir por el bien de la humanidad y el planeta».
De lo que se trata es de ser consciente de nuestros hábitos de vida para poder hacernos responsables (poder responder) de ellos.
Sólo tú sabes dónde está el límite en el que comprar algo más justo o más ecológico, alimentarte de forma más fisiológica o generar menos residuos se te hace una carga pesada que no te hace más feliz.
En muchas ocasiones, y sobretodo al principio, adquirir un nuevo hábito requiere un esfuerzo extra. Si para ti, en este momento, este esfuerzo es mayor que la motivación y la alegría de vivir con más coherencia, no lo hagas.
Salir de tu zona de confort siempre requiere un empujón extra, pero que ese empujón no venga de autoexigirte «ser más ecológico». Desde mi punto de vista, eso no sería consciente, porque no estás atendiendo a tus necesidades.
Que ese empujón nazca de tu ser, de tu motivación interna, sea la que sea: no dañar a otros seres, cuidar el planeta, respetar a los animales, vivir desde el amor o no violencia, reducir tu huella ecológica, estar en armonía con la naturaleza, etc.
Solo haz, desde tu consciencia, y en el camino te vas transformando.
2. Incorpora solo un nuevo hábito a la vez.
Cualquier hábito nuevo, al principio cuesta un poco romper la inercia, pero con la práctica lo vas interiorizando y llega un momento que simplemente se convierte en tu forma de hacer las cosas.
Puedes empezar por incorporar un nuevo hábito cada mes, por ejemplo. Al cabo del año habrás incorporado 12 nuevos hábitos virtuosos. ¡Nada menos!
3. Empieza por aquello que te es más fácil, prioritario o eres más sensible
Reducir los plásticos de un solo uso, mejorar la alimentación, hacer meditación, contratar energía verde, hacer ejercicio, reducir la agenda, generar menos residuos, …
Siempre hay algo por lo que tienes más inclinación o te toca más la fibra. Empieza por ahí y te será más fácil.
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