El ayuno intermitente está ahora de moda.
Pero no es más que lo que el ser humano ha hecho siempre de forma natural, excepto en la vida moderna occidental, donde hemos atrofiado la forma biológica de existir.
El ayuno es la forma natural biológica de mantener la salud mediante la autocuración.
Permite que el cuerpo pueda limpiarse, curarse y regenerarse a sí mismo.
¿Entonces si me pongo a ayunar sanaré y viviré eternamente?
No necesariamente.
En esta vida civilizada hemos llenado nuestros cuerpos de tóxicos, a través de la (sobre)alimentación, la contaminación, el estrés, la identificación con los pensamientos, la vida sin sentido, …
El ayuno es la mejor herramienta, pero tenemos que ir al ritmo que nuestra toxemia (y estado de consciencia) nos permitan.
En este vídeo comenzamos a dar los primeros pasos para recuperar esta sabiduría corporal, con el ayuno intermitente:
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Como ves, el ayuno intermitente es una práctica sencilla pero con múltiples beneficios, favorecidos por la autofagia.
Puedes empezar a hacer ayuno intermitente uno o varios días en semana.
Poco a poco verás que de forma natural vas a ir avanzando progresivamente a tu ritmo.
Aprenderás a interpretar el hambre inicial, que se irá reduciendo con el hábito, y a disfrutar de una vida más libre e independiente de la comida.