Cuando se va acercando la Navidad, empiezan a rodar por las redes mensajes de este tipo:
Me gustaría dormirme el 23 de Diciembre y despertar el 7 de Enero.
¿Quien se apunta?— Amaiurtxi?? (@Betiloti)
No sé los motivos que tienen las personas para compartir esto en las redes, pero si alguna vez lo has pensado, en este artículo quiero darte otra perspectiva.
Y es que parece que estamos obligados a vivir la Navidad como se supone que debería ser: con alegría, reuniones familiares, compras, comidas de empresa, árbol de navidad, luces, ¡nieve!, fiestas y centros comerciales.
Pero, ¿te has parado a pensar por qué nos ponemos un gorrito de Papá Noel, o por qué tenemos la agenda tan llena en Navidad que se convierte en un estrés?
Algunas claves para una Navidad más consciente
No creas que soy de las personas que odia la Navidad ni nada parecido.
A mí personalmente me gusta.
Y no porque no haya sillas vacías en la mesa. Las hay.
Pero que me guste celebrar la Navidad no quiere decir que trague con toda la parafernalia que el sistema y la sociedad han creado en torno a ella.
Evidentemente hay muchas cosas que no me agradan, pero:
- Lo acepto como parte de la sociedad en la que vivo.
- Respeto, en la medida de la toma de consciencia de la que soy capaz, mi manera particular de vivir la Navidad.
Es posible aprender a decir no a determinados compromisos si no los sientes de verdad, a cambiar de hábitos de regalos, comer de forma más saludable, a vivir una de esas noches de navidad tal y como lo sientes y no como «debería ser», decorar con adornos de navidad sostenibles, etc.
Porque la Navidad (tal como nos la cuentan) no es obligatoria.
La Navidad como tal tiene su sentido: astrológico, religioso, energético, etc. Para cada persona tendrá el suyo.
Pero esas normas no escritas que lleva implícita la Navidad en nuestra sociedad es lo que tenemos que observar si queremos vivir esta época con naturalidad y en coherencia con lo que somos.
Ideas y alternativas
Adornos de navidad
En cualquier escaparate o calle hay un arbolito iluminado, un belén o una flor de pascua.
Cada noche puedes ver la mayoría de balcones y ventanas con luces de Navidad.
Pero ¿sabes qué? No es obligatorio ponerlos.
Si no te apetece, no sabes qué simboliza un árbol de Navidad, crees que las luces son un consumo energético injustificado, o simplemente este año no le ves sentido, pues no lo hagas. Así de fácil. No va a pasar nada.
Siempre me he preguntado qué hacemos en Canarias poniendo nieve en el belén o cantando «…y con la nieve alrededoooor…».
Recuerdo hablar de este sinsentido con mi jefe de hace años, que era argentino y para él la Navidad coincidía con el verano 🙂
Reuniones
Toma consciencia de lo que quieres hacer con tu tiempo. No estás obligado a nada. Eres libre de elegir las reuniones a las que acudes.
No quiero decir que todas las reuniones de Navidad sean por compromiso u obligación.
Sólo te invito a que tomes consciencia de que si vas a un evento es porque así lo decides. Por el motivo que sea: quiero compartir un rato agradable con mi familia, tengo miedo de que si no voy a la comida de empresa me miren mal en el trabajo, no quiero quedar como un antisocial entre mis amigos, etc.
Cualquier decisión es válida si eres consciente de por qué la tomas. No lo hagas por inercia.
Comidas
En Navidad se come mucho, y, por lo general, poco saludable. Pero esto también es una opción.
Si no eres quien prepara u organiza el menú de Navidad, haz la propuesta de encargarte tú de hacer un primer plato o algunos entrantes saludables (crema de verduras, ensalada con granada y germinados, paté vegetal sobre hojitas de endivias, etc.).
Así compensas un poco el resto del menú.
Y eso sí, no te pases luego con los postres 😀 .
Si no quieres renunciar a ellos, puedes hacer tú mismo algunos postres más saludables (sí, tengo que poner recetas en el blog).
O comprarlos.
Regalos
Paradójicamente, la Navidad, época del año en la que más se habla de amor y solidaridad, es también el momento de mayor consumismo.
Sé consciente de que regalar en Navidad es también una opción, y que no estás obligado a hacerlo si no lo sientes.
Si te apetece hacer regalos, piensa en lo que puede necesitar o gustar a esa persona, pero también en el impacto que tiene esa compra (para el planeta, para las personas que lo fabricaron, para tu economía!).
Puedes repasar los criterios para un consumo responsable.
Y no tiene que ser un regalo comprado, y ni siquiera físico. Puedes regalar experiencias: actividades, talleres, un masaje, etc.
En el episodio 12 del podcast Jugo del Mocán tenemos un episodio donde reflexionamos y damos ideas alternativas sobre la Navidad y los regalos.
Conclusión
No pretendo hacer un boicot a la Navidad, no va por ahí.
Mi intención es que tomemos consciencia de todas esas costumbres sociales que aceptamos sin cuestionar si tienen sentido o no para nosotros.
Es la única forma de tomar elecciones verdaderamente libres, y no impuestas por un sistema social, cultural, económico, etc. que nos dice cómo tenemos que adornar nuestra casa o cuál es la forma correcta de vivir la noche del 24.
Puede que tu elección coincida con la de la mayoría, pero quizá no. Y esto también es válido.
Y ahora tú ¿Cómo eliges vivir la Navidad?