Te estarás preguntando que cómo es que publico una receta para hacer pan de espelta, si se supone que a mí lo que me gusta es la alimentación viva, sin fogones, la que mantiene intactas las enzimas y vitaminas de los alimentos, tal y como los da la naturaleza.
Buena pregunta.
Los alimentos vivos para mí son los ideales, como ya te he contado en otros artículos.
Pero eso no quiere decir que sólo coma alimentos crudos.
Y lo que es más importante, la mayoría de los lectores de este blog no son exclusivamente crudiveganos. Y seguramente, comen pan con frecuencia.
Quizá tú eres uno de ellos, y no estás dispuesto a renunciar al mucho o poco pan que comes.
O a lo mejor es tu familia la que quiere comer pan, o tus invitados cuando vienen a comer a casa.
Así que, ya que vamos a comer pan ¿por qué no comer un pan más saludable?
Qué le pasa al pan de trigo convencional
El pan que se vende en cualquier panadería suele ser:
- Pan blanco: es el pan hecho con harina de trigo refinada. Refinada quiere decir que le han quitado el salvado y el germen del grano, así que es básicamente almidón y gluten, con muy poca cantidad de nutrientes. Tiene un índice glucémico más elevado, por lo que engorda más que el integral.
- Pan integral: en teoría, la harina integral es el resultado de moler el grano de trigo tal cual lo da la naturaleza, sin separar ninguna de sus partes. El problema es que la mayoría del «pan integral» que se vende en las panaderías es simplemente pan hecho con harina refinada a la que se le ha añadido salvado de trigo para darle un tono más oscuro.
Además, la legislación permite poner al pan ciertos aditivos para mejorar el color o que quede más esponjoso.
Y todo esto hablando del pan de panadería. Ya no entro a hablar de los panes de molde o cualquier otro tipo de «pan» industrial (al que añaden leche, azúcar, etc.) porque doy por hecho que ese no es el alimento que eliges para consumir en casa 🙂
En cualquier caso, ten en cuenta también que la variedad del grano de trigo que se consume habitualmente no es el ancestral. Es el resultado de muchos cruces en la búsqueda de un grano más moldeable y práctico para la industria.
Por otro lado, se suele abusar del consumo del trigo y sus harinas. Fíjate y lo verás presente en cualquier comida convencional. Procura evitar este abuso variando los tipos de cereales que consumes.
Alternativas al pan de trigo convencional
Ante esto, lo mejor es buscar una alternativa saludable si queremos comer pan de verdad.
Evidentemente, lo más sano es siempre comer el grano integral, con todos sus componentes tal y como lo pensó la naturaleza. Cambiar en tu dieta todos los granos y harinas refinadas por los integrales es uno de los pasos principales para hacer la transición a una alimentación más saludable.
Las opciones pueden ser comprar:
- Pan de centeno, de espelta u otro cereal: en principio los cereales distintos del trigo están menos explotados por la industria, pero habría que asegurarse de que realmente el pan está hecho con harina integral (que han incluido todo el grano y no un subproducto del mismo) y que no contiene ningún aditivo panario ni otros «extras» poco saludables.
- Pan de panadería artesanal: aquí es más fácil que puedas saber qué lleva el pan realmente, incluso puede que se planteen hacer «pan de verdad» si no lo están haciendo y ven que hay demanda.
- Pan artesanal ecológico: se suele encontrar en herbolarios o tiendas ecológicas, y, por lo general, es pan hecho con harina integral, sin aditivos y con masa madre. Lo que viene siendo «canelita en rama», como dicen mis compis informáticos 🙂
Ésta es la mejor opción si quieres comer pan real, y prefieres comprarlo en vez de hacerlo tú.
También ten en cuenta que, ya sea que lo compres o lo hagas en casa, no es lo mismo un pan artesanal que hecho por una máquina…
Cómo hacer tu propio pan de espelta: receta
No hay mejor pan que el que haces tú.
Porque sabes exactamente lo que estás comiendo, porque está recién hecho, tiene tu energía que has puesta en la masa y todo el proceso, y la satisfacción de comer un pan hecho por ti.
Además, es súper fácil, y en cuanto lo hagas y pruebes tu primer pan, experimentarás la gran diferencia con respecto al resto de panes.
Aquí también tienes la opción de tener una panificadora doméstica, en la que tan sólo tienes que poner los ingredientes en la proporción adecuada (existen mezclas -también ecológicas- ya preparadas) y el pan «se hace solo».
Yo lo hago de forma manual, y es la receta que te propongo.
Ingredientes para hacer un pan grande familiar:
- Harina integral de espelta (500gr): puedes comprarla en el herbolario (las hay en bolsas de papel, y así evitas generar residuos plásticos) o comprar el grano y hacer la harina en casa si tienes una batidora potente.
No mezcles distintas harinas y cereales. Menos es más. El organismo digiere y asimila mejor los alimentos cuando se los damos de forma sencilla, sin grandes mezclas.
Si quieres variar, haz un pan de un cereal diferente cada vez, pero no mezcles varios cereales en un mismo pan. Ten esto en cuenta también si compras el pan ya hecho. - Levadura: puedes usar de herbolario o conseguir (o hacer) masa madre. La masa madre es un fermento a base de harina y agua. Yo hice algún intento hace años y no salió bien, pero quizá me vuelva a animar a experimentar y te cuento más en concreto cómo hacerlo para que salga bien.
- Bicarbonato (opcional): he comprobado que poner una cucharadita de bicarbonato en la masa, ayuda a que la masa levante mejor.
- Sal (opcional): si le quieres poner sal, que sea pura, sin refinar.
- Agua tibia (350ml aproximadamente): ten en cuenta que si es muy caliente matas las bacterias de la levadura y el pan no se levantará.
Las cantidad de agua es aproximada. Siempre es mejor quedarte corto e ir añadiendo un poco más si ves que la masa necesita más agua.
Cómo hacer el pan. Pasos de la receta:
- Pon en un bol todos los ingredientes secos y mézclalos bien entre sí.
- Haz un hueco en el centro y echa el agua poco a poco.
- Mezcla la harina con el agua. Puedes ayudarte de una palita de madera. Empieza a amasar. Si ves que se queda muy seca, echa un poco más de agua, pero amasa un poquito antes de apresurarte a echar más agua.
- Cuando esté lista, tapa la masa con un paño de tela y déjala reposar al menos 1 hora. Puede estar toda la noche. Procura que esté en un lugar calentito. Yo suelo dejarla junto a la nevera.
- Después de ese tiempo, verás que la masa ha subido, así que ya puedes ponerla en un molde.
Puedes usar un molde de silicona platino, con lo que la masa no se pega, o bien cualquier otro molde colocando previamente papel de horno. Así sacarás el pan fácilmente cuando esté hecho. - Haz varios cortes al pan (con un cuchillo previamente humedecido) para que el pan respire.
Recuerdo ver alucinada al panadero de mi pueblo haciendo los cortes con una cuchilla a la velocidad de la luz. Qué control tenía el hombre :-O - En este momento, puedes decorar el pan con algunas semillas de calabaza, amapola, sésamo, etc.
- Ahora toca hornear. Lo pones 20-25 min. a 220º, y a continuación, 30-35 min. a 175º.
Si tienes la olla eléctrica de Saladmaster, también lo puedes hacer ahí y te evitas el consumo eléctrico del horno. Además, los tiempos y temperaturas se reducen. Bastan 25 min. a 180º, y luego dar la vuelta al pan, y dejar otros 10-15 min. a 150º con la tapa entreabierta. Puedes poner la masa directamente en la olla (con papel de horno) o meter un molde dentro (yo lo he probado con el molde de silicona platino y queda perfecto). En este último caso, no hace falta que des la vuelta al pan.
Y éste es el resultado:
Anímate a probar un pan hecho por ti. ¡Se hace solo! Tan sólo tardas 5-10 min. en hacer la masa.
¿Te animas y me lo cuentas?