El sorbete de fruta en verano es un clásico. Pero además, viviendo en Gran Canaria, apetece tomarlo todo el año.
El problema: que las opciones que se nos ofrece desde la industria no son las mejores.
El problema del helado industrial
El helado convencional que se vende habitualmente en heladerías y supermercados tiene varios problemas:
- Lleva leche animal.
- Tiene conservantes, colorantes, estabilizantes, saborizantes y aditivos de todo tipo, …
- Se sirve en envoltorio, tarrina o vasito plástico de un sólo uso.
Ya hablaré más detenidamente en otro momento de la leche animal, pero rápidamente te diré que no lo necesitamos para nutrir saludablemente nuestro cuerpo, que especialmente la leche industrial genera diversos problemas en el organismo, y que, sobretodo, supone el padecimiento de muchos animales.
Sobre los conservantes y demás aditivos de sobra está decir que nuestro cuerpo no los necesita y que (como poco) supone un sobreesfuerzo por parte del organismo el tratar de aislarlos para no molesten.
Y por último, cuando compramos helado sólo queremos el contenido, pero lamentablemente se comercializa casi siempre con un envase plástico. El plástico es un derivado del petróleo que tiene un impacto ambiental tan fuerte en su producción y desecho (básicamente no se degrada nunca) que es mejor evitar su uso para objetos que no van a durar tiempo, como el envoltorio de un helado.
Así que, si eres de los que disfrutas con el sabor dulce y fresco de un helado, pero quieres a la vez cuidar de ti, del planeta y todos los seres que lo habitamos, esta receta de sorbete de fruta te va a encantar.
La receta de sorbete de fruta más sencilla del mundo mundial
La forma más sencilla de conseguir un sorbete de frutas rico rico es seguir estos 3 pasos:
- Trocear fruta (sin cáscara ni pipas).
- Congelar preferiblemente en una bandeja o similar para que los trozos no se congelen unidos.
- Cuando quieras tomar tu helado, pon en una batidora la cantidad que quieras de fruta congelada y bates.
Ya tienes listo tu helado.
Si estás muy acostumbrado a los sabores de los helados industriales, puedes añadir un endulzante natural (como la panela o el sirope de ágave). Tu helado seguirá siendo saludable, pero con un índice glucémico un poco más alto.
Esta receta vale para cualquier fruta, pero a mí gusta prepararla sobretodo para frutas como la sandía, que, además de tener bastante agua ya de forma natural, a nivel digestivo no conviene mezclar con otras frutas ni alimentos.
La receta de sorbete de fruta más cremosa (y que también es sencilla) del mundo mundial
Esta segunda receta trata básicamente de congelar un batido de frutas. Me explico:
- En una batidora (ésta es la mía 🙂 ) pones leche vegetal (sí, lo sé, tengo pendiente publicar cómo hacer tu propia leche vegetal), una fruta de tu preferencia y un endulzante natural (incluso también dátiles, aunque esto hará tu helado más calórico – y súper nutritivo-).
- Bates todo y rellenas el batido en botes (de vidrio) pequeños que pones a congelar. Puedes usar también moldes (de silicona platino mejor) si quieres desmoldar más fácilmente una vez congelado.
- Cuando vayas a tomar el helado, sacas la cantidad que quieras del congelador y bates para conseguir tu helado súper cremoso.
Yo lo suelo congelar en tarros del tamaño de un vaso pequeño, y lo que hago es sacarlo un buen rato antes para que se vaya descongelando y listo. La textura no queda tan cremosa, pero el resultado me encanta igual.
Conclusión y recomendaciones
Como ves, con estas recetas tienes un helado saludable y vegano: toda la vitalidad de la fruta fresca, sin azúcar, sin lactosa, sin gluten, sin aditivos ni conservantes, sin sufrimiento animal y sin generar basura. Y además sencillo y barato. ¿Qué más se puede pedir?
Lo que te recomiendo es que, en época de más calor (o durante todo el año si eres de los míos), tengas siempre fruta troceada en el congelador y/o batidos en botecitos.
Cuando tengas un antojo repentino de helado (además de pararte un momento a respirar y sentir de dónde viene ese antojo) puedes ir directamente al congelador y tomar tu helado saludable y sin usar ningún envoltorio plástico.
Es una opción perfecta para merienda o media mañana. También sirve para visitas inesperadas 😉
¿Qué te parece esta alternativa al helado convencional? ¿Crees que puedes llevarlo a tu vida cotidiana de forma habitual?
Te leo en los comentarios 🙂
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