Cada mes de julio se activa el movimiento Plastic Free July (Julio sin plástico).
La idea consiste en vivir durante todo el mes de julio desechando el menor número posible de plástico. Lo que implica, por tanto, no comprar nada con envase plástico ni utensilios de usar y tirar.
La cultura del usar y tirar tiene aún menos sentido para un material tan duradero como el plástico ¿No crees?
Puedes elegir hacerlo solo un día, una semana, o todo el mes.
Yo desde el primer año que lo descubrí he ido incorporando nuevos hábitos más sostenibles a mi vida cotidiana, y este es otro de los grandes regalos de este reto: consigues crear hábitos y ya no te supone un esfuerzo continuar con algunos de esos nuevos comportamientos después del reto.
Por qué Julio sin plástico
La iniciativa Julio sin plástico comenzó en 2011 gracias a su fundadora Rebecca Prince-Ruiz.
Fue visitando una planta de reciclaje cuando se dio cuenta del grave problema de los residuos.
Era tal la cantidad de basura plástica y la complejidad de separación, clasificación, transporte hacia los centros de reciclaje, etc. que vio claramente que reciclar no es la solución.
La basura no desaparece cuando la llevamos al contenedor. Separar nuestra basura no es suficiente.
Coincido con ella en que reciclar es «lo mínimo que podemos hacer» una vez que hemos generado ese residuo.
Pero la verdadera solución está en evitar que el plástico se convierta en basura.
Y esto podemos hacerlo cada uno de nosotros, con nuestros hábitos de consumo.
Dicho así suena bien, pero ¿por dónde empiezo?
Y ahí está la gracia de la iniciativa Julio sin plástico.
La mejor manera de aprender algo es jugando, y si planteamos esto como un juego, será más divertido el proceso ¿a qué sí?
Además, julio es, al menos en este lado del mundo, un mes de verano, donde mucha gente está de vacaciones, y en general se respira un ambiente más relajado. Es un buen momento para plantearse un cambio de hábitos. Será más llevadero, ¡Seguro!
Qué tengo que hacer
La idea es evitar durante este mes el plástico de usar y tirar.
Evitar todo el plástico en esta sociedad es prácticamente imposible. Por ejemplo, el teclado con el que te estoy escribiendo es de plástico, y también los cables y la regleta de enchufes.
Estos objetos, que son de larga duración y que (que yo sepa) no se fabrican de otro material, no están incluidos en el reto. Son objetos que compramos ocasionalmente y para un uso prolongado.
El reto se centra en los plástico de un sólo uso, de usar y tirar, como los envoltorios y envases de plástico, utensilios como vasos, platos y cubiertos, bolsas de plástico, etc.
Te doy 5 ideas que yo voy a tener presente, por si pueden inspirarte:
1. Poner atención a tus objetos de uso cotidiano
Quizá te pasa que estás tan acostumbrado a que un bolígrafo sea de plástico y se tire cuando se acabe la tinta, o que el paquete de arroz venga en una bolsa de plástico, que no te das cuenta de que eso es un residuo que quedará contaminando este lindo planeta.
La idea es poner atención a los objetos que usamos cada día y, si son de plástico, pensar en alternativas posibles.
La idea es, al menos, ser consciente de todos los utensilios de plástico que tienes en casa, en el trabajo y en tu vida cotidiana en general.
Y buscar alternativas en la medida de tus posibilidades.
2. Usar la bolsa de tela para comprar
Las bolsas de plástico son una de las grandes lacras medioambientales. Contaminan el mar, la tierra, y envenenan a los animales marinos que las confunden con comida.
Siempre que voy a comprar me llevo una bolsa de tela.
Pero hay veces que estoy fuera de casa, necesito comprar alguna cosa y no llevo la bolsa. En estos casos, suelo pedir que no me den bolsa plástica y meto los objetos en el bolso.
El problema es cuando ya no cabe en el bolso.
Una idea es llevar siempre una bolsa de tela dobladita en el bolso o cartera para esos imprevistos.
3. Priorizar el envase de vidrio antes que plástico
También por salud, pero en este caso para evitar residuos plásticos innecesarios, es mejor comprar la comida o bebida en envases de vidrio. Igual pasa con los productos de cosmética.
Podemos reutilizar el envase luego para otros usos, o reciclarlo.
Si no hubiera alternativa de vidrio al envase de plástico, un mal menor sería comprar un envase de plástico mayor, para así al menos reducir el número de desechos plásticos.
Por ejemplo, comprar un producto de limpieza (mejor natural!) de 5 kg antes que de 1kg.
La opción ideal sería poder comprar a granel, llevando tus propios envases reutilizables (frascos, tuppers, bolsas de tela, …). Cada vez hay más opciones. Gran Canaria está muy lejos de cualquier gran ciudad, y sin embargo, cuando buscas, descubres lugares donde puedes ir consiguiendo productos a granel; desde frutos secos, legumbres o cereales, hasta productos de limpieza.
4. Alimentación natural
Cuando tomas un batido verde no usas nada envasado.
Tampoco cuando haces tu propia leche vegetal en vez de comprar el tetrabrik.
Cuanto más natural es la alimentación, menos envases se necesitan.
Así que, antes que comprar una leche vegetal en tetrabrik, mejor hacerla en casa. Y así con lo que se te ocurra.
Venga, solo es un mes 🙂
Con suerte coges la dinámica y puedes mantener en el tiempo algunos de estos cambios.
Y de paso conseguir una alimentación más saludable y respetuosa con la naturaleza.
5. Comparte tu experiencia
Si te apuntas al reto, compártelo en las redes sociales.
Cuanta más gente vea que es posible, más consciencia tendremos como personas y como sociedad, y menos basura plástica tendrá nuestra Madre Tierra, ¡Bieeeen!
¿Te vienes?