A mí entrar a la cocina y verla limpia y recogidita es algo que me alegra la cara, qué quieres que te diga.
La limpieza de la cocina implica también la importancia de mantener a raya los gérmenes, ya que es el lugar donde manipulamos los alimentos.
Además, como comento en el artículo de productos de limpieza naturales, se trata de limpiar sin ensuciar con tóxicos: limpiar y desinfectar sin contaminar de química tóxica tu cocina (ni los acuíferos a donde va a parar parte de lo que se va por el desagüe).
Y para cerrar el círculo, sin generar basura plástica, no solo por los componentes derivados del petróleo que llevan la mayoría de los productos de limpieza convencionales (también los estropajos y bayetas), sino por los envases.
Porque no, los envases no desaparecen cuando los llevas al contenedor, ni siquiera al amarillo. No todo lo que va a parar al contenedor de envases efectivamente se recicla (de hecho la mayoría no).
Se puede tener perfectamente limpia y desinfectada la cocina y los utensilios, con productos saludables, biodegradables y sin envases plásticos.
Allá vamos.
Lavavajillas
Como lavavajillas una receta estupenda es mezclar jabón líquido (puedes hacerlo en casa a partir de jabón en pastilla o comprarlo a granel).
Opcionalmente puedes añadir unas gotitas de un aceite esencial como limón o árbol del té.
Para el lavavajillas a máquina, puedes usar pastillas biodegradables que venden a granel.
Cada vez hay más tiendas con productos de limpieza a granel.
Si no conoces en tu zona, pregunta en herbolarios y tiendas ecológicas, que si ellos no tienen seguro podrán decirte.
Si no encuentras el vinagre blanco a granel, puedes usar vinagre de manzana, que suele venir en envase de vidrio.
Estropajos y bayetas
Como estropajo uso un cepillo de fibra de coco y madera que tiene la cabeza intercambiable. Así cuando tengo que renovarlo solo cambio el cabezal.
También uso la luffa, que si no lo conoces, es un vegetal de la familia del calabacín, que al secarse, contiene dentro de la cáscara la pulpa seca que es una esponja estupenda.
Y para bayetas ahora se pueden encontrar unas de fibra de celulosa y algodón, igual de prácticas que las de 100% petróleo.
Todos estos utensilios se pueden conseguir fácilmente ya en los herbolarios.
Limpiar ollas y sartenes
Si se te pegó comida en una olla o sartén, ponla al fuego con vinagre (no hace falta que hierva) hasta que esté caliente. Apaga, echa una cucharadita de bicarbonato y déjalo actuar varios minutos.
El bicarbonato se puede conseguir en envase de cartón reciclado en muchos herbolarios, y también a granel en tiendas de limpieza a granel.
Campana o extractor de cocina
Un procedimiento parecido puedes usar para el limpiar el extractor de cocina.
Espolvorea bicarbonato, y rocía con vinagre blanco diluido en agua (si está tibio/caliente mejor). Deja actuar unos minutos y luego limpia normalmente.
Para un efecto desengrasante total, mezcla 2 cucharadas de carbonato de sodio y 1 cucharadita de jabón en 1L de agua muy caliente.
El carbonato de sodio es el K7 consciente 😉
Limpiar superficies
Para todo lo que es fregadero, encimera, electrodomésticos, etc. uso esta receta de limpiador universal:
- 200ml vinagre blanco
- 300ml agua
- 1 cucharadita de jabón líquido
Esta mezcla la tengo en un fuchi fuchi dispensador de spray reutilizado de mi madre 😉 y se queda todo niquelado.
El vinagre blanco, de la destilación de alcohol, es un potente bactericida, desengrasa, remueve manchas y elimina la cal.
No huele cuando se seca, pero si lo prefieres, puedes añadir unas gotas de aceite esencial del árbol del té, y además de beneficiarte de las propiedades de la esencia de la planta, potenciarás su efecto germicida.
Peróxido de hidrógeno / Percarbonato de sodio
Para una desinfección completa, sustituto de la lejía, está el fabuloso peróxido de hidrógeno (agua oxigenada).
El peróxido de hidrógeno mata organismos patógenos por oxidación. Cuando entra en contacto con material orgánico, se descompone en oxígeno y agua (por eso salen burbujitas).
El peróxido de hidrógeno mata o desactiva bacterias, virus, esporas, levaduras y hongos.
Que ya sé que me vas a decir que el agua oxigenada se compra en envase de plástico, peeeeeero… Existe el maravilloso percarbonato de sodio, más conocido como agua oxigenada sólida.
El percarbonato de sodio es un polvo granulado, altamente alcalino (ph 10.5), que cuando entra en contacto con el agua se descompone en peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y carbonato de sodio (agente limpiador -detergente-).
El percarbonato de sodio es 100% biodegradable y se puede comprar en muchos herbolarios en envase de cartón reciclado o incluso a granel (como en Canarias Verde a granel).
Para una desinfección completa de superficies, limpia primero con el limpiador universal, y después de secarlo, aplica con pulverizador una mezcla de percarbonato de sodio en 10 partes de agua. Deja actuar y después aclara y seca.
Esta mezcla de percarbonato de sodio en 10 partes de agua también es muy efectiva para las juntas de los azulejos, frotando con un cepillo de dientes viejo.
Precauciones:
- Nunca mezcles el percarbonato de sodio con un ácido, como el vinagre. Usarlo conjuntamente potencia su efecto desinfectante, pero uno después del otro, no mezclados.
- No lo uses en superficies o utensilios de aluminio, madera de roble o castaño.
Limpiar la placa vitrocerámica
Por lo general, para limpiar la placa es suficiente con el limpiador universal, pero si necesitas algo más para desincrustar, puedes hacer una pasta de arcilla blanca con lavavajillas. Y a frotar 🙂
Lustrar grifos
Si necesitas un plus para quitar la cal y la suciedad de la grifería y el fregadero, tu gran aliado es el bicarbonato.
Simplemente espolvorea con bicarbonato las superficies, y luego limpia normalmente con el limpiador universal.
Espero que esta info te ayude a dar el paso para tener limpia tu cocina sin plásticos, sin tóxicos, y con todas las garantías de limpieza y desinfección.
¡Se puede!
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