Cada vez se oye más la expresión «zero waste» (basura cero), que es el nombre con el que se le conoce a la filosofía que trata de evitar la generación de basura lo máximo posible.
Como he contado alguna vez, desde jovencita que descubrí cómo funciona el mundo, inicié progresivamente cambios de hábitos de vida y consumo, hacia otros más respetuosos conmigo, con el planeta y todas las personas y animales que vivimos en él.
El cómo he ido concretando ese estilo de vida consciente ha ido evolucionando con el tiempo.
Ser sostenible = reciclar?
Hasta hace pocos unos años, me creía lo que en la sociedad se ha popularizado como el sumun de la sostenibilidad: «reciclar».
Igual que lo era para mí, para la mayoría de la gente separar las basuras y llevarlas al contenedor correspondiente es el mayor acto de sostenibilidad al que se puede aspirar.
Reciclar es desde luego algo deseable, pero definitivamente no es la solución. Es, de hecho, el último de los 5 pasos en una vida sostenible: Rechazar, reducir, reutilizar, reincorporar y reciclar.
Así de feo es el tema de la basura
Es verdad que a la hora de comprar, si había opciones prefería que el envase fuese en vidrio o papel, antes que plástico o latas.
Si quieres saber qué pasa con las latas, te recomiendo este vídeo donde José Eizaguirre, de Biotropía, lo explica perfectamente.
El plástico ya sabes que es un derivado del petróleo (con lo que eso implica de devastación del medio ambiente, guerras, etc. para su extracción, transporte, refinamiento, …). Además el plástico es un material muy duradero, que sólo tendría si acaso sentido utilizarlo para objetos que van a durar mucho, pero no para objetos de un sólo.
Por otro lado, los materiales de plástico producen el sufrimiento y muerte de muchos animales porque los confunden con comida, se enredan en los plásticos, etc.
Los plásticos contaminan la tierra, los ríos, el ecosistema submarino, … con su continuo deterioro (microplásticos) y desprendimiento de la sustancias que contienen.
Muchas de ellas van a parar al agua del grifo de nuestras casas y actúan como disruptores endocrinos en el organismo.
Sin contar las islas de plástico…
Estamos llenando el planeta de basura.
Producimos y tiramos más basura que la que somos capaces de reciclar.
Así que el reciclaje no es la solución.
La solución pasa por generar menos basura.
Rechazar
Lo más básico que podemos hacer para generar menos basura es rechazar aquellos objetos que sabemos que van a ir a parar a la papelera.
Algunos ejemplos de lo que puedes rechazar:
- Las bolsas de plástico en el supermercado (usa de tela).
- Una publicidad o programa de un evento en papel (sácale una foto, apunta los datos o consigue la versión digital).
- La pajita de plástico para la bebida en una cafetería (puedes pedir que no te la pongan o usar una reutilizable).
- Productos envasados en plástico: desde el desodorante hasta los cereales. Esto puede suponer comprar a granel, en formato sin envase como el champú sólido o hacer tú mismo tus productos de limpieza. 🙂
Reducir
La vida sencilla (minimalista que se dice ahora) tiene grandes ventajas.
No sólo te da más orden y espacio en tu casa (física, mental y hasta digital), también te da más libertad, ahorrándote tiempo y energía que ya no usas para comprar. Y por supuesto, cuida del medio ambiente.
Cuantas menos cosas nuevas adquieres, menos basura generas.
Se trata de usar lo que ya tienes.
Reutilizar
En la vida cotidiana necesitamos usar servilletas, llevar una botella de agua en el bolso e incluso compresas para la menstruación.
¿Cómo evitamos generar basura en estos casos? Con utensilios reutilizables: vasos, tarros, tuppers, talegas, …
Para los 3 ejemplos de antes, podemos usar servilletas de tela, una botella de vidrio, o la copa menstrual.
También aquí podemos incluir otra R: reparar. Ya sea ropa, zapatos, un electrodoméstico o cualquier cosa que se estropee pero que aún podemos alargar su vida útil si lo reparamos y reutilizamos.
O incluso darle una nueva vida a lo que ya no se puede reparar. Creatividad al poder: calderos viejos usarlos como macetas, la base de una garrafa de plástico como cubo de la basura, botellas como jarrones, … Ejemplos hay muchísimos en internet.
Reincorporar
Con este acto queremos imitar el comportamiento de la naturaleza, en la que nada es basura, sino que todo forma parte del mismo ciclo.
En este sentido, podemos usar nuestros restos orgánicos para hacer compost o dar de comer a animales que convivan con nosotros.
También se puede hacer otro tipo de fermentos (microorganismos efectivos) que nos pueden servir para limpiar, quitar malos olores y más. Aún no he hablado de esto en el blog, pero todo se andará. 🙂
Conclusión sobre las 5R de la vida sostenible
Como ves, hay un mundo más allá del reciclaje.
Reciclar es lo mínimo que podemos hacer una vez que hemos generado basura.
Pero hay mucho más que podemos hacer antes que eso.
Porque no es más sostenible el que más recicla, sino el que menos basura genera.
brenda dice
sabes como es que se puede hacer una composta en casa,? tengo poco espacio sabes que se puede hacer? saludos!
Noemí Rodríguez dice
Hola Brenda,
Es una tarea pendiente que tengo. Si te interesa el tema, puedes ver cómo hacerlo en este vídeo de Marta, una de las compis de Hola Eco.
Natalio Chaca dice
Rechazar, sí.
Diana dice
A las 6 R que mencionas, incluyendo la de reparar que no está al inicio pero si la mencionas, yo le agregaría una séptima y es Regalar, siempre es posible sobre todo con ropa, utensilios de larga duración que cuando ya no le necesitamos/queremos, a alguien más le sirva!
Muy útil tu blog. Muchas gracias por compartir
Noemí Rodríguez dice
Sí, lo de regalar está implícito en reutilizar, aunque genial que lo especifiques para que quede más claro.
Hablé también sobre ello en los pasos para un consumo consciente, aunque más desde el punto de vista de cuando necesitamoms adquirir un producto.
Un saludo