Puede parecer que la respuesta rápida (y obvia) a la pregunta de cómo salar tus comidas sea «con sal».
Ya expliqué hace un tiempo cuáles son los tipos de sal más saludables para la cocina, y cuál es la diferencia entre el concepto de sal como cristalización de la evaporación del agua de mar y lo que por otro lado se vende como sal.
En este artículo quiero contarte varias maneras diferentes de potenciar el sabor de la comida sin pasarte con el sodio.
Por qué limitar el uso de sal
No pretendo alertarte sobre el uso de la sal.
La sal auténtica son los minerales del mar, y eso es estupendo para nuestro organismo.
El problema de la sal está en el sodio. Te cuento: la recomendación diaria de consumo de sodio según la Organización Mundial de la Salud es de 2gr como máximo (en adultos).
Si en tu comida echas un poco de sal, es posible que no superes esta cantidad.
Sobretodo si usas una sal completa, ya que las sales refinadas, al tener más proporción de sodio, con menos cantidad de sal estás consumiendo más sodio.
La sal que echas a la comida es lo de menos
En cualquier caso, el problema no es tanto el poquito (o mucho) de sal que echas en la comida, sino la cantidad de productos que compras que llevan sal en sus ingredientes (desde el pan, hasta cualquier producto elaborado como galletas o incluso una hamburguesa o leche vegetal).
Y ya no te digo si además consumes algún tipo de producto industrial procesado como bollería, salsas, sopas de sobre o tetrabrick, embutidos, alimentos precocinados, etc.
Estos productos, además de ser perjudiciales para la salud por diversos motivos, llevan una elevada cantidad de sodio añadido. Así que te recomiendo que prescindas de ellos (al menos en tu vida diaria) si quieres hacer espacio a una alimentación más saludable, basada en comida real.
También si comes en restaurantes, por lo general usan mucha más sal de la que sería saludable, así que es una razón más para que en tu día a día no sumes a ese consumo excesivo.
Por todo esto, encontrar otras formas de saborizar las comidas en tu día a día te va a ser útil para reducir la cantidad de sodio total que consumes.
Cómo salar la comida de forma saludable
Te pongo aquí distintas formas que uso para salar mis comidas de forma saludable.
No todas las opciones valen para todas las recetas, así que es bueno que conozcas varias para poder elegir la que mejor se adapte a cada comida.
1. Sal
Obvio. Para salar puedes usar perfectamente alguno de los tipos de sal saludables que se comercializan.
Por lo general, la sal natural es gruesa, por lo que si quieres una sal fina puedes molerla en una buena batidora, o tenerla en un frasco de vidrio con la tapa trituradora, como suelen venir algunas especias como la pimienta o la nuez moscada.
2. Agua de mar
Esta otra opción es similar a la anterior, pero necesitas vivir cerca del mar, o comprar algunas de las aguas de mar que se venden.
Si optas por esta última, busca alguna que viene envasada en vidrio. Suelen traer un dispensador para rociar tus comidas.
Por cierto, ¿Sabes que posiblemente las tradicionales papas arrugadas canarias deben su receta a que originalmente se cocinaban con agua de mar? Ahí lo dejo. 🙂
3. Sal de hierbas
En tiendas ecológicas venden una sal de hierbas, que consiste en una mezcla de sal (comprueba que sea saludable) y varias hierbas secas que ayudan a potenciar el sabor.
Este tipo de preparado favorece que puedas salar las comidas usando menos sal.
4. Haz tu propio preparado de sal
El preparado anterior también puedes hacerlo tú mismo. Yo lo suelo hacer mezclando únicamente sal y apio seco.
El apio da un sabor con un toque saladito, y por eso viene muy bien para usarlo como sal.
En esta foto te muestro el proceso que sigo, que no es más que secar el apio (si no tienes deshidratadora, puedes usar el horno con la puerta entreabierta), y, una vez seco, moler en la batidora (¿te he dicho ya que me encanta la mía? 😀 ) junto con la cantidad de sal marina virgen que desees.
5. Salsa de soja o tamari
Se trata de un fermentado de la soja que aporta sabor salado a la comida sin usar sal.
Preferible usar el tamari, ya que para elaborar la salsa de soja se emplea también trigo. No es que el trigo no sea bueno, pero ya sabes que la industria no lo ha tratado muy bien (te comenté sobre esto cuando hablé de cómo hacer pan), y es preferible moderar su uso.
6. Pasta de umeboshi
Éste es otro producto fermentado, pero de las ciruelas umeboshi, una variedad de ciruela muy usada en Oriente por sus múltiples propiedades.
Personalmente me encanta el sabor, y consigues un aliño riquísimo para ensaladas.
Lo puedes conseguir en envase de vidrio, y te dura una eternidad.
7. Tomates secos
El tomate seco aporta un sabor muy intenso a las comidas, con un toque saladito, sin necesidad de usar sal.
Eso sí, ojo si compras el tomate seco de supermercado, que puede llevar sal añadida.
8. Algas
Añadir algas a la comida es una forma muy natural y saludable de dar un toque salado a tus comidas.
Lo recomendable es consumirlas con frecuencia, pero en poca cantidad.
Además de las propiedades remineralizantes y las específicas de cada alga, ten en cuenta que son la clorofila del mar. 🙂
Conclusión
La cantidad de sodio que el organismo puede admitir es tan bajita que conviene que tengas en cuenta la cantidad de sal que consumes.
Lo primero es descartar los productos procesados industriales, pero además puedes:
- Reducir el consumo de sal: cuanto más natural se empieza a convertir tu alimentación, más sabrosos te resultan los alimentos primarios, sin necesidad de tanta sal.
- Usar un tipo de sal que sea saludable (con todos los minerales del mar).
- Saborizar las comidas con otros ingredientes más saludables que la sal común.
¿Te animas a darle ese toque de sabor a las comidas de esta forma más saludable?
Cuéntame en los comentarios si usas otros métodos de saborizar tus comidas.